jueves, 31 de octubre de 2019

México: Matanza de Tlatelolco, octubre de 1968.

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Movimientos estudiantiles: 1968 en Montevideo



La insurgencia universitaria”

            “La movilización estudiantil apareció de manera llamativa recién a mediados de mayo. En un primer momento se expresó en las protestas generadas entre los alumnos liceales y de preparatorios por el anuncio de un aumento del 40 % en el precio del transporte urbano. Desde el 11 de mayo se produjeron incidentes de entidad: manifestaciones callejeras, apedreamientos de ómnibus, barricadas con quema de neumáticos y enfrentamientos entre jóvenes y policías. Tres días después fueron ocupados por sus alumnos 12 liceos capitalinos, dirigido a ejercer presión sobre la Intendencia Municipal de Montevideo hasta el logro de un “boleto estudiantil y popular subsidiado por la banca y el latifundio”. En la UTU las altas deudas presupuestales del gobierno con ese organismo, provocaron primero una huelga estudiantil y docente del 13 al 17 de mayo y la ocupación de 4 escuelas industriales y la sede central de esa casa de estudios. También los estudiantes de magisterio protagonizaron una huelga demandando la ampliación del sistema de becas, la apertura de clases nocturnas y la instalación de un comedor para los alumnos. Este conflicto terminó exitosamente.
Un rasgo típico de la movilización estudiantil universitaria de 1968 radica en que sus exigencias iniciales –sobre los escasos dineros de la Universidad-, se desplazaron rápidamente hacia reclamos contra la represión violenta y a las políticas del gobierno. Ese rápido cambio se aceleró por la creciente represión policial a los reclamos estudiantiles y popular.
                 El 6 de junio la FEUU organizó una manifestación por 18 de Julio planteando como consigna central la demanda del pago de la abultada deuda presupuestal que mantenía el poder Ejecutivo con la Universidad y otros organismos de enseñanza. Sorpresivamente, a poco de haberse iniciado, la marcha fue baleada por los ocupantes de un vehículo policial sin que mediara algún tipo de advertencia previa. El saldo fue de 5 estudiantes heridos de consideración. Al día siguiente, luego de un multitudinario acto de repudio realizado frente a la sede central de la Universidad, los incidentes callejeros fueron de una magnitud sin precedentes. Durante más de 3 hs. se sucedieron las refriegas, a raíz de las cuales resultaron lesionados numerosos jóvenes, decenas de detenidos y cuantiosos daños materiales, incluyendo una decena de autos incendiados.
                El 12 de junio, después de un acto público convocado por la Universidad, la FEUU y la CNT, se produjeron fuertes enfrentamientos. El evento, cuya plataforma planteaba “la defensa de las libertades, contra la represión, por la libertad de los estudiantes presos”, debía culminar con una marcha desde la explanada universitaria hacia el centro de la ciudad. La prohibición por el Ministerio del Interior de esa actividad prevista provocó un desacato masivo que derivó en una verdadera batalla campal entre estudiantes y trabajadores que pretendían manifestar y policías. Se alzaron barricadas en las adyacencias de la Universidad y los choques se prolongaron durante varias horas en una amplia zona de enfrentamientos que se extendió hasta la plaza Independencia. El parte policial dio cuenta de 266 manifestantes presos e importantes destrozos de la vía pública.
            El 13 de junio un decreto del presidente Jorge Pacheco Areco implantó las medidas prontas de seguridad. En relación a la movilización estudiantil decía, “el desusado clima de violencia callejera y de perturbación del orden público que se ha desatado en los últimos días en la ciudad de Montevideo y que ha causado ingentes daños de bienes de terceros” .
            El 14 de junio se reunió la Convención de la FEUU para declarar que el movimiento estudiantil universitario “enfrentará las medidas de seguridad y defenderá las libertades ejerciéndolas (...) continuará con la movilización basada en la agitación callejera de enfrentamiento directo, extenderá la acción estudiantil de agitación y propaganda a toda la ciudad, denunciará a los sectores golpistas que se ven favorecidos en sus intereses por la conculcación de libertades establecidas por las medidas de seguridad.” Cotidianamente, compactos grupos de estudiantes secundarios y universitarios recorrían zonas de la ciudad en manifestaciones “relámpago” realizaban actividades propagandísticas, interrumpían el tránsito y chocaban con la policía y sus “técnicas antimotines”. Esa dinámica se mantuvo durante todo julio, con algunos sucesos graves. Entre ellos el cercamiento de la Facultad de Medicina entre el 11 y el 14 de julio, cuya resultante fue la detención de 173 estudiantes y dos nuevos heridos de bala. Del mismo modo, el ataque policial a la Facultad de Arquitectura del 29 de julio, el cual tuvo como finalidad quitar de la fachada del edificio un cartel de solidaridad con los trabajadores públicos militarizados. En esa ocasión, otro alumno fue herido de bala, sendo la octava víctima de la represión con armas de fuego a los estudiantes en el transcurso de pocas semanas.

El asalto a la Universidad
Proponiendo una nueva conciencia crítica de la realidad nacional, la protesta universitaria de 1968 tuvo la forma de una típica movilización de las masas estudiantiles a raíz de cuestiones que sobrepasaban las reclamaciones estrictamente estudiantiles orientadas a una dura crítica a la situación social y económica existente.
En la situación crítica de la época, los vínculos entre el poder político y la Universidad llegaron a un estado de descomposición. En ese contexto, los ataques del gobierno a la Universidad fueron creciendo. En la madrugada del viernes 9 de agosto, violentando claras medidas legales, el ministro del Interior, Eduardo Jiménez de Aréchaga, con el apoyo del presidente, dispuso el allanamiento de varios locales universitarios, sin orden ni presencia judicial y con personal armado a guerra. En el operativo se derribaron puertas y se destrozaron muebles, instrumentos científicos, libros, archivos y materiales didácticos, sin que se obtuviera más resultado que la incautación de impresos propagandísticos de los centros de estudiantes.
                La respuesta de la Universidad frente a la transgresión de su autonomía puso una vez más en claro el hondo divorcio entre ella y el gobierno: “...condena enérgicamente el atropello policial y proclama la necesidad de la unión de las fuerzas nacionales interesadas en salvar al país de la violencia, del desgobierno, y la inmoralidad...”
                El viernes 9 de agosto de 1968, a pocas horas de producido el asalto a la Universidad, comenzaron los multitudinarios actos de protesta en defensa de la autonomía universitaria. Una inmensa columna de estudiantes intentó manifestar en la mañana pero fue disuelta por la Guardia Metropolitana. En la tarde se desató una ola de incidentes callejeros, barricadas y represión con armas de fuego por la policía. La secuela de los tumultos fue de decenas de detenidos y un alto e indeterminado número de heridos que fueron atendidos en diversos centros médicos. Entre ellos un joven estudiante herido de gravedad al ser alcanzado en la cabeza por una granada de gas lacrimógeno. El lunes 12 de agosto la agitación estudiantil fue nuevamente objeto de una muy dura represión. Frente a la Facultad de Veterinaria fue herido de bala el estudiante Líber Arce, quien falleció 2 dias después. Su cuerpo fue velado en la Universidad y sepultado en acto multitudinario en el cementerio del Buceo.
                Pocos días después, el 18 de setiembre los estudiantes tuvieron la jornada más sangrienta del período. Una columna de estudiantes que se dirigía desde la Facultad de Medicina al Palacio Legislativo, fue atacada con escopetas de perdigones provocando lesiones graves a varios estudiantes. Dos días después, una manifestación de estudiantes de la Universidad, de UTU, de liceales, fue reprimida con perdigones lesionando a más de 80 jóvenes y dieron muerte a dos de ellos. Hugo de los Santos, alumno de Facultad de Ciencias Económicas y Susana Pintos, alumna de UTU fallecieron sin poder recibir asistencia médica por el cerco policial al edificio de la Universidad.
                El 23 de setiembre el presidente Pacheco Arreco clausuró “por razones de orden público la actividad docente y estudiantil en los establecimientos públicos de Enseñanza Superior, Secundaria y del Trabajo ubicados en el departamento de Montevideo” . La mediada se extendió hasta el 15 de octubre.

[Tomado de BRECHA, “La Lupa”, “Liber Arce. La insurgencia universitaria del 68”. 13 de agoto de 1993, pp. 15-17.]

lunes, 21 de octubre de 2019

Cultura y contracultura en occidente

SOCIEDADES DE LOS PAISES DESARROLLADOS: Cultura y Contracultura

Definiciones de contracultura


El concepto de contracultura fue acuñado para dar cuenta del conjunto de valores y formas de vida alternativos propuestos en los años sesenta por grupos juveniles, que cuestionaban así los convencionalismos culturales de las mayorías. Afectaba, entre otras cosas, a la organización económica de la sociedad, a las relaciones sexuales, a las manifestaciones estéticas, al uso de estupefacientes y, en general, a todas aquellas conductas que, de una u otra forma, rechazaban los fundamentos de la sociedad capitalista.”
“El término contracultura, (…) es un término que ayuda a entender la desilusión de los jóvenes de esa época acerca del control de la cultura parental y de la falta de deseo de no querer formar parte de la máquina de la sociedad. (…)[Debe entenderse] también como una manera suave de atacar a las instituciones que representan el sistema dominante y reproductor como son la familia, la escuela, los medios y el matrimonio.
En la actualidad, el término contracultura es utilizado para hacer referencia a aquellas acciones o actividades que tratan de salir de los estándares. Bajo esta lógica, diferentes grupos de jóvenes lo utilizan para hacer hincapié en la diferencia y en la propuesta de nuevas visiones y perspectivas.”
[Ascensión Barañano “Diccionario de Relaciones Interculturales: Diversidad y Globalización” Ed. UCM, Madrid. 2007]

“Roszak (profesor de historia de la Universidad Estatal de California, en 1970) (…) deja claro que la contracultura es una sublevación juvenil y se opone, ante todo, al reduccionismo de la ciencia y la tecnología. Los jóvenes, en especial los que gozaban de cierta cultura, odiaban, a su parecer, la dirección hacia la que apuntaba la sociedad tecnocrática, y su protesta adoptó la forma de un estilo de vida alternativo. Era una encarnación de las contradicciones culturales del capitalismo. Para el autor, la contracultura constaba de cinco elementos: una serie de psicologías alternativas, la filosofía (mística) oriental, las dorgas, la sociología revolucionaria y la música rock. Juntos, se suponía que estos elementos debían proporcionar una base variable para un estilo de vida diferente al de la sociedad tecnocrática, del estilo al que se hacía en las comunas de uno u otro tipo, lo que ayudaba al mismo tiempo a contrarrestar la alienación de la vida «normal». Ente otros aspectos de la contracultura, se hallaban las universidades libres, las clínicas libres, las «conspiraciones alimentarias» (para ayudar a los pobres), imprentas clandestinas y familias «tribales».
Se cuestionaba todo -observa Roszak- : la familia, el trabajo, la enseñanza, el éxito, la educación de los hijos, las relaciones entre hombres y mujeres, la sexualidad, el urbanismo, la ciencia, la tecnología, el progreso. Los medios de la riqueza, el significado del amor, de la vida… todo necesitaba someterse a evaluación. ¿Qué es la cultura? ¿Quién decide los que es «excelencia»?, ¿y «conocimiento» o «razón»?” (pág. 638)
[Peter Watson “Historia intelectual del siglo XX” Ed. Crítica, Barcelona. 2007]

Movimientos de los ‘60


“Los años de la década del ’60 marcaron la emergencia de movimientos en el seno de la sociedad civil que iban más allá de los ámbitos y maneras de actuación tradicional de los partidos políticos. Movimientos juveniles y estudiantiles en contra de la estructura familiar y societal, demandando intervenir en la gestión y el control del Estado fuera de las estructuras partidarias; movimientos feministas, insertando la problemática de género y demandando la igualdad de la mujer; movimientos ecologistas, defendiendo el ambiente de su rápida degradación como resultado del incremento industrial; movimientos de gays y lésbicas, demandando políticas de Estado, que permitan no sólo el ejercicio pleno de todos los derechos ciudadanos sin discriminación de ninguna clase-incluidos los inmanentes a las opciones sexuales-sino de la protección de esos derechos contra los prejuicios y las intolerancias; locatarios urbanos organizados, demandando políticas habitacionales al Estado; movimientos pacifistas contra las guerras, como la de Vietnam; movimientos de negros, demandando al Estado políticas de igualdad y fin de la discriminación política y social; etcétera.” (pág. 289)
[Gladys S. Benegas Cristaldo,Alejandro Vial “Cultura política, sociedad civil y participación ciudadana: El caso paraguayo”]

Movimiento Hippie

            “Hacia 1966-67, y dentro del contexto de la guerra de Vietnam y las protestas juveniles, nació en California la “cultura de la flores”. Los jóvenes buscaban formas de vida más naturales y a un tiempo más primitivas, en que convivían un deseo de simplicidad y un respeto exquisito por la naturaleza, con el desbordamiento incontrolado de los instintos y el uso de las drogas. De aquí nacería el movimiento “hippie”, que se iría extendiendo en diversas variedades por el mundo occidental. Los “hippies” se dejaban crecer largas melenas, vestían atuendos descuidados y al mismo tiempo llamativos, de colores chillones, y usaban pulseras y collares imitados de las culturas africanas. Se consideraban portadores de una “contracultura”, o cultura contraria a la de los “burgueses” convencionales, aunque para muchos era evidente que el movimiento “hippie”, con sus modales obligatorios e imitados industrialmente no dejaban de construir otra forma de convencionalismo. Los “hippies” dieron, aunque no siempre, en organizarse en comunas, viviendo de una forma sencilla y barata de la pequeña artesanía, sin normas sociales o  morales, en medio de una absoluta o casi absoluta anarquía y promiscuidad. De ahí sus curiosas relaciones tanto con los anarquistas como, por otra parte, con los ecologistas. Muchos de ellos destrozaron sus vidas con las drogas, aunque hubo colonias de “hippies” que trataron de buscar formas de comportamiento más sanas. Siempre presumieron de pacifistas, aunque tampoco perdieron ocasión de molestar a la sociedad “burguesa” y “establecida”. El movimiento “hippie” tuvo una importancia grande a finales de los años 60 y durante los 70. La gigantesca concentración de Woodstock, que reunió en una finca a 400.000 “hippies” de todo el mundo fue la más espectacular demostración del movimiento”. [pp.178-179; en José Luis Comellas, “Historia breve del mundo reciente. 1945-2004”. Ed. RIALPS s.a., Madrid, 2005.]

* * *
                “Fruto del descontento con respecto al orden establecido fue también el movimientohippie. El término viene de hip, una voz derivada del argot del jazz negro que significa “experimento” o “sabio”.
El antecedente de este movimiento debemos buscarlo en la Beat Generation. En EE.UU., a comienzos de los años 50, en plena Guerra Fría, un grupo de novelistas y poetas comenzó a reunirse para leer sus obras, deambular por los barrios bohemios de San Francisco y Nueva York y emprender largos recorridos por los caminos americanos. (...).
            La revolución hippie se produjo, sobre todo, en el ámbito de las costumbres, con la sustitución de la familia por la comuna. Esta era una asociación en la que reinaba la libertad, el mutuo acuerdo y el amor libre. En la comuna no existían las jerarquías o el concepto de propiedad privada, todo era de todos, incluso los hijos. Se produjo un giro copernicano en la concepción tradicional de la sexualidad; las relaciones sexuales se convirtieron en la expresión natural de los afectos y en una fuente de placer. En interés por el propio cuerpo desembocó en la búsqueda de la felicidad, en el sentido de reposo espiritual, armonía interior, yoga, etc. (...).
            La juventud de los 60 dirigió sus ojos y su espíritu a Oriente, a civilizaciones que tenían un concepto diferente de la vida y del ser humano, lejos del rígido racionalismo de la sociedad occidental. Muchos jóvenes peregrinaron, lejos del rígido racionalismo al Tíbet, al Machu Pichu,  Túnez o a Marruecos en busca de alternativas espirituales. Las civilizaciones maya, azteca e inca les dieron a conocer formas de comunicación no verbal y telepática, a través del uso del peyote o de los hongos sagrados. La impronta religiosa impregnó siempre el universo hippie (...). La comunicación con la naturaleza revistió muchas veces en carácter místico. Defendieron la paz, rindieron culto a la pobreza y se identificaron con los oprimidos y olvidados: negros, indios, colonizados, etc.
Otros elementos que definieron este movimiento fueron la pasión por la música y el consumo de drogas. El rock and roll (fusion de ritmos: el blues y el country) desplazó al jazz y adquirió un protagonismo decisivo, convirtiéndose en al expresión de una nueva forma de vida caracterizada por el inconformismo. The Rolling Stones, The Soft Machine, The Doors, solistas como Jimmy Hendrix, Janis Joplin, Lou Reed, Bob Dylan o Joan Baez eran símbolo de esta época, de la que ellos se hicieron portavoces.
            El movimiento hippie desapareció a comienzos de los  80. El sistema, el consumismo y la sociedad de bienestar terminaron dirigiendo y domesticando los elementos subversivos delhippismo. Anulados como alternativa política, fueron reducidos a una simple moda. Pero algunas de sus aportaciones perduran hoy día: la preocupación por la libertad, el derecho al uso del propio cuerpo, la revalorización de la naturaleza y la búsqueda de la nueva vida”.

[pp. 40.42, en : Patricia Bandenes Salazar, “La estética en la barricadas: Mayo del 68 y la creación artística”. Ed. Universitat Jaume I, Castellón, 2006] 

martes, 15 de octubre de 2019

Modo de vida americano.- imágenes.

MODO DE VIDA AMERICANO

Lee atentamente los siguientes fragmentos, observa atentamente las imágenes y responde:
 “El estilo de vida americano es individualista, dinámico y pragmático. Sustenta el valor supremo y la dignidad individual; pone el énfasis en sus capacidades, pues no debe nunca descansar sino siempre luchar para mejorar; define una ética de mérito, carácter y confianza en uno mismo, además de juzgar en base a logros personales: “hechos, no palabras” son lo que cuentan. El llamado “estilo de vida americano” es humanitario, ve al futuro con optimismo. Los americanos son con facilidad la gente más generosa y filantrópica en el mundo, en términos de su disposición inmediata al sufrimiento en cualquier lugar del mundo. El americano tiene fe en el progreso, en la mejoría de uno mismo, y con cierto fanatismo, en la educación. Pero, por encima de todo, el americano es idealista. Los americanos no pueden ganar dinero o ser exitosos a nivel mundial simplemente por sus propios méritos, tales cosas “materialistas”, deben estar justificadas en la mente americana por “elevados” términos de “servicio” o “bienestar general”….Y precisamente por ser tan idealistas es que los americanos suelen ser moralistas, y tienden a ver a todo dilema moral tan simple y llanamente como blanco o negro”. William Herberg, “Protestant, Catholic, Jew: an Essay in American religious sociology”, University of Chicago Press., (1955)

En la década de Ike (1952-1960), los Estados Unidos terminaron imponiendo un estilo de vida en Occidente, que abarcaba desde la arquitectura y la organización gubernamental hasta la ropa interior y el hoola-hoop. La música y los bailes nuevos nacían en Estados Unidos, fumar cigarrillos que no fueran king-size era síntoma de atraso tanto o más que no saber qué hacer con una cámara fotográfica último modelo. Las modas y las formas de consumo estadounidenses se hicieron modélicas en menos de la década en cuestión” P. Vives Azancourt, “EE. UU: 1945-1963 de la ansiedad a la abundancia”, Siglo XX, Historia Universal, Buenos Aires: Grupo 16, Fascículo 25, 1987.
ano”.

El cartel de la foto dice: “Los niveles de vida más altos del mundo” y “No hay modo de vida como el americano”.