miércoles, 28 de mayo de 2014

GUERRA FRIA EN  AMERICA LATINA

 

1.- CRISIS DE LOS MISILES, Cuba 1962.

CARICATURA 1: “Crisis de los Misiles 1962”
Durante la Guerra Fría, la Unión Soviética y Estados Unidos evitaron una confrontación armada directa en su disputa por la supremacía ideológica y territorial. Más aun, a partir de 1953 había comenzado una nueva fase caracterizada por diversos gestos de buena voluntad que tendieron a suavizar las relaciones entre el Este y el Oeste. Como ya se ha dicho, a esta etapa se ha denominado “coexistencia pacífica”, haciendo referencia al concepto utilizado por Nikita Kruschev respecto de la nueva política internacional que pretendía implementar. Sin embargo, durante dos tensas semanas de octubre de 1962 las superpotencias se enfrentaron cara a cara y casi provocaron una guerra nuclear. A este período se ha denominado “Crisis de los misiles”. Esta crisis empezó el 14 de octubre, cuando un avión espía estadounidense detectó instalaciones balísticas soviéticas en la isla de Cuba, a sólo 145 kilómetros de Estados Unidos.
En la caricatura Nº 1 se ven reflejados los principales aspectos que se manifestaron en esta crisis. Los líderes de las grandes potencias, (Nikita Kruschev y J.F. Kennedy), frente a frente, midiendo sus fuerzas y a un paso de hacerse volar mutuamente en mil pedazos, ya que cada uno de ellos se encuentra sentado sobre misiles nucleares cuyo control depende del adversario. Con esto último se hace referencia a los misiles norteamericanos instalados en Turquía desde el año 1957 y los instalados en Cuba en octubre de 1962. En la caricatura se ve a cada uno de los personajes con el
dedo sobre el botón.

En el mapa que se presenta a continuación se refleja el radio de alcance de los misiles instalados en Turquía y Cuba.
Mapa: Radio de alcance de los misiles instalados en Cuba y Turquía. 1962

Antecedentes y desarrollo de la crisis
Cuba había sido un país estrechamente ligado a los intereses norteamericanos desde su independencia de España en 1898. La revolución de Fidel Castro en 1959, que en un principio no se definía como comunista, pero que tenía una clara orientación nacionalista, comenzó a tomar medidas que lesionaban los intereses estadounidenses(nacionalización de empresas norteamericanas). La reacción de Washington fue inmediata: Rompió relaciones con Cuba en 1961, le impuso un bloqueo, fue excluida de la OEA (Organización de Estados Americanos) y organizó, mediante operaciones secretas de la CIA, una fallida invasión de emigrados anticastristas en Bahía de Cochinos o Playa Girón en abril de 1961.
En ese contexto, el régimen de Fidel Castro viró hacia el alineamiento con el bloque soviético y el establecimiento de una dictadura comunista en la isla. En efecto, tras la aplicación de las medidas norteamericanas contra el régimen instalado en Cuba, la Unión Soviética estrechó cada vez más sus lazos con Fidel Castro, pasando a constituirse la URSS en la principal importadora de azúcar cubana.
Ahora bien, el 14 de octubre de 1962, aviones espías norteamericanos U2 detectaron la construcción de rampas de misiles y la presencia de tropas soviéticas en Cuba. Luego de múltiples conversaciones con sus asesores más cercanos, el Presidente Kennedy decide dar a conocer los acontecimientos a la opinión pública. El 22 de octubre, Kennedy toma una medida de gran dureza: establece una “cuarentena defensiva”, es decir, un bloqueo de la isla, desplegando unidades navales y aviones de combate en torno a Cuba. Si los navíos soviéticos intentaran forzar el bloqueo, el conflicto armado entre las dos superpotencias sería inminente.
Fue el momento de la Guerra Fría en que más cerca se estuvo del enfrentamiento directo entre la URSS y EEUU y de la destrucción nuclear. Finalmente, tras negociaciones secretas, Kruschev lanza una propuesta aceptada por Kennedy: La URSS retiraría sus misiles de Cuba a cambio del compromiso norteamericano de no invadir la isla y de la retirada de los misiles Júpiter que EE.UU. tenía desplegados en Turquía. El mes siguiente la URSS desmonta y repatría su material bélico y EE.UU. levantó el bloqueo. 5 meses más tarde Estados Unidos retiró los misiles de Turquía, pero esta transacción fue secreta.
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Opinión del Presidente Kennedy ante sus asesores del Consejo de Seguridad Nacional. (octubre de 1962).
“El razonamiento lógico es que no es imprescindible invadir Cuba. Es simplemente el tipo de problema con el que debemos aprender a convivir en la vida, como convivimos con la Unión Soviética y China. Pienso que la existencia de esos misiles no crea peligros nuevos.”

Carta de Nikita Kruschev a John Kennedy, 26 de octubre de 1962.
“¿Pero, Sr. Presidente, usted piensa muy en serio que Cuba puede atacar a los Estados Unidos, y que incluso nosotros junto con Cuba podemos atacarlo desde territorio de Cuba? ¿Usted realmente puede pensar así?
¿Cómo esto es posible? Nosotros no entendemos esto. Yo creo que usted no tiene ninguna base para pensar de esta manera. Usted puede considerarnos con desconfianza, pero en cualquier caso, usted puede estar tranquilo en esta consideración, que nosotros somos de buen juicio, y entendemos absolutamente bien que si nosotros lo atacamos, usted responderá de la misma manera. Pero usted también recibirá lo mismo que usted lanza contra nosotros. Y yo pienso que usted también entiende esto. Esto indica que nosotros somos personas normales, que nosotros entendemos correctamente y correctamente evaluamos la situación. Por consiguiente, ¿cómo nosotros podemos permitir las acciones incorrectas que usted atribuye a nosotros? Sólo locos o suicidas que quieren perecer y destruir el mundo entero antes de que ellos se mueran, podría hacer esto. Nosotros, sin embargo, queremos vivir y no queremos destruir su país. Nosotros queremos algo bastante diferente, competir con su país en una base pacífica. Nosotros reñimos con usted, nosotros tenemos diferencias ideológicas. Pero nuestra vista del mundo consiste en esto, esas cuestiones ideológicas, así como los problemas económicos, no debe resolverse por medio del ejército, ellos deben resolverse en base a la competencia pacífica, es decir, como esto se entiende en la sociedad capitalista, en base a la competencia.”
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2.- John Kennedy y la “Alianza para el Progreso” Archivo: Betancourt - JFK.jpgFile:RómuloBetancourt JFK1961.jpgEl proyecto de John Kennedy para América Latina : la “Alianza para el Progreso”

EEUU intentó  derrocar al régimen cubano con el mismo modelo aplicado antes en Guatemala: éste fue el desembarco en Bahía de Cochinos, en abril de 1961, una operación que en contraste con la anterior fue caracterizada como “el fracaso perfecto”.La derrota de la operación, organizada por la CIA con la cooperación de sectores del exilio cubano en Miami, fue absoluta. Los invasores fueron en su mayor parte arrestados y liberados mucho más tarde, en un canje por tractores. En las Naciones Unidas, el embajador Adlai Stevenson tuvo que confrontar la condena de muchos gobiernos de América Latina.

Esa derrota indujo al presidente Kennedy a ofrecer ante los latinoamericanos una alternativa que calificó como “revolución pacífica.” Este fue el programa de Alianza para el Progreso que fue un proyecto diseñado para diez años con una financiación de 20 mil millones de dólares a reformas para el desarrollo de América Latina, principalmente en proyectos de vivienda, salud, educación y empleo. La idea base del programa de Alianza para el Progreso era la de buscar a través del desarrollo económico el freno a movimientos revolucionarios y la consolidación de la democracia. Así quedó constituido el Comité Interamericano de Alianza para el Progreso que realizaría su primera reunión general en el invierno de 1961 en Punta del Este. El presidente Kennedy se involucró personalmente en el proyecto y durante su gira en América Latina enfatizó los beneficios futuros. Gran parte de la ayuda se destinaría a financiar importaciones necesarias para la industria. Otras áreas prioritarias eran agricultura, desarrollo rural y urbano. El modelo adoptado era el de préstamos por programas, más tarde sustituido por el de préstamos por sectores.

La tensión entre Cuba y Estados Unidos fue escalando: las acusaciones del gobierno de Venezuela de interferencia cubana en asuntos internos y conexión directa con las guerrillas que operaban en el interior montañoso del país, culminaron en ruptura de relaciones y en la decisión de la Conferencia de la OEA en Punta del Este, en enero de 1962, de expulsión del sistema interamericano. El bloqueo económico se sumó al bloqueo diplomático del cual sólo México se abstuvo de participar: fue el único país que no rompió relaciones con Cuba. Pocos meses más tarde de la conferencia de OEA, un avión americano logró fotografiar los emplazamientos de misiles de factura soviética. Esta crisis, que puso al mundo en vilo y que llevó a muchos a pensar en el desencadenamiento de una tercera guerra mundial, se resolvió finalmente en un acuerdo: la URSS accedió a retirar los misiles, EEUU se comprometió a no invadir la isla. La sólida alianza de Cuba y el campo socialista quedó confirmada el año siguiente durante la visita de Fidel Castro a Moscú.

En lo que se refiere a la Alianza para el Progreso, ella no logró sobrevivir mucho tiempo a su autor, el presidente asesinado en 1963. Hacia 1965, se comprobaba una parálisis casi general en todos las áreas de acción. El presidente chileno Eduardo Frei decía que la alianza había empezado a “perder su rumbo.” Por otra parte, dos grandes fracasos marcaron el fin del proyecto: dos de los países que habían recibido la mayor ayuda, sufrieron rupturas institucionales: Brasil, con el golpe de Estado de 1964 que inauguró un período dictatorial de 20 años, y República Dominicana, invadida en 1965 por fuerzas de infantes de marina de los Estados Unidos.


3.- La Batalla de Chile”. Intervenciones de las potencias en Chile
A.- Introducción
La Guerra Fría y sus dos principales actores, Estados Unidos y la Unión Soviética no fueron los causantes de los problemas que aquejaron a Chile en la década del 70, pero no se puede negar su alto grado de influencia. Por una parte Estados Unidos y su política interventora a través de la CIA canalizó alrededor de 7 millones de dólares para apoyar las fuerzas anticomunistas, mientras que la URSS significó para la izquierda chilena y especialmente para los comunistas la fuente de inspiración. Los documentos hasta ahora desclasificados, confirman el hecho de que la URSS no siguió en Chile una política interventora como sí lo hizo Estados Unidos. Chile no fue un títere de las fuerzas generadas por las potencias dominantes de la Guerra Fría, sino que fue un actor con fuerzas y dinámicas propias, con actores propios, los cuales no se mantuvieron al margen de las tendencias globales del devenir de la política internacional. Ejemplo de ello es la impotencia que sintieron los políticos norteamericanos ante la imposibilidad de poder dirigir los destinos de nuestro país.
B.- Intento de evitar el triunfo electoral de Salvador Allende. (Fuente : Henry Kissinger, “Mis Memorias”, Ministro de Relaciones Exteriores de los EE.UU.)
“La elección de Allende era un desafío a nuestro interés nacional no podíamos reconciliarnos con un segundo estado comunista en el Hemisferio Occidental. Estábamos persuadidos que pronto estaría incitando políticas antinorteamericanas, atacando la solidaridad del hemisferio, haciendo causa común con Cuba, y antes o después, estableciendo estrechas relaciones con la Unión Soviética.
Lo que nos preocupaba acerca de Allende era su proclamada hostilidad a los Estados Unidos y su patente intención de crear efectivamente otra Cuba.

Nuestra preocupación por Allende estaba basada en la seguridad nacional, no en la economía.
La nacionalización de las propiedades de los norteamericanos no fue el problema.
En estas circunstancias, no era moral ni políticamente injustificado que los Estado Unidos apoyaran a aquellas fuerzas políticas internas que buscaban mantener un contrapeso democrático al dominio radical. No había nada de siniestro en el deseo de los Estados Unidos de hacer posible que los partidos democráticos mantuvieran periódicos o canales de radio y televisión competitivos. Las mismas consideraciones habían inducido a las administraciones Kennedy y Johnson a disponer más de tres millones de dólares entre 1962 y 1964 para la campaña del oponente de Allende, el reformista y capaz Eduardo Frei.
Dos administraciones anteriores habían llegado a la conclusión de que Salvador Allende y las fuerzas que lo respaldaban, constituían una amenaza suficiente a nuestros intereses para justificar nuestra oposición en la elección de 1964, con casi tres millones de dólares; ya en 1968 varios cientos de miles de dólares fueron destinados secretamente por nuestros predecesores para ayudar a vencer a las fuerzas de Allende en las elecciones legislativas chilenas de marzo de 1969. Nuestra ayuda oficial a Chile durante el gobierno de Frei totalizó mucho más de mil millones, el mayor programa per cápita hasta entonces en América Latina, en parte para fortalecer las fuerzas democráticas contra Allende.
 El 5 de septiembre, en una conferencia de prensa, Allende aclamó su victoria y se comprometió a poner en práctica el radicalizado programa de la Unidad Popular sobre el que había hecho su campaña. Fue Una sorpresa aturdidora. Nixon estaba fuera de sí. Por más de una década había criticado duramente las administraciones demócratas por permitir el establecimiento del poder comunista en Cuba. Y ahora lo que él percibía como otra Cuba había surgido a la vida durante su propia administración sin que a él se le hubiera dado la oportunidad de tomar una decisión.
Sin verdadera convicción decidimos instruir al embajador Corrí para que preparara una valuación a sangre fría de la posibilidad y probabilidad de un golpe militar y de los pro y contra involucrados en la organización de una futura y efectiva oposición chilena a Allende
.
 Para el 18 de octubre todos los intentos de golpe habían sido abandonados. Envié un memorando al presidente que no puede dejar duda de que al más alto nivel todos los pensamientos de golpe habían sido abandonados: “ahora parece cierto que Allende será elegido presidente de Chile en las elecciones legislativas del 24 de octubre”

Creo que estábamos en lo cierto en nuestra evaluación de los peligros para nuestros intereses y para el hemisferio occidental representados por la asunción de Allende a la presidencia. La solución que buscábamos era promover una bien definida elección popular entre las fuerzas democráticas y las totalitarias. Ayudar a tales fines me parecía bien entonces y me parece bien ahora.

                Las operaciones secretas jamás llegaron a levantar el vuelo; en contraste con 1964, hicimos muy poco y actuamos demasiado tarde. Allende asumió, no hubo golpe; no tuvimos más contactos destinados a organizar uno después de octubre de 1971. cuando Allende fue finalmente derrocado fue por su propia incompetencia e intransigencia; los líderes militares sin consultarlo fueron contra él por su propia iniciativa, porque estaban convencidos de que intentaba apoderarse de todo el poder y estaba a punto de organizar su propio golpe con ese fin. Sobre el golpe militar que derrocó a Allende, en su concepción, planificación y ejecución nosotros no desempeñamos el más mínimo papel. En 1970 habíamos sido incapaces de evitar el acceso de Allende al poder.
(Fuente: Henry Kissinger, Mis Memorias, Páginas 456-474)
C.- Relaciones entre la URSS y Chile en entrevista a Nikolai Lenov, Ex Vice Director del KGB

¿Qué significó Chile para la Unión Soviética y en qué medida la victoria de Salvador Allende afectó la visión que tenía de Chile la Unión Soviética?
Gran relevancia en todo el mundo, por aquello de la vía chilena al socialismo. Chile presentaba una oportunidad única para demostrar al mundo que el socialismo era capaz de triunfar usando la vía electoral, pacífica. En esto consistía su atracción y su importancia política para todo el mundo, especialmente para las fuerzas de izquierda.
La instauración del socialismo siempre antes había estado ligada con el empleo de la fuerza, con la violencia, con la revolución y la guerra civil.
 En América Latina habían dos grandes ejemplos. Cuba que había alcanzado el socialismo sin la intervención extranjera y Chile que lo había alcanzado por la vía pacífica. Allende conservó la antigua máquina gubernamental, el ejército, el sistema judicial.
Claro, todas nuestras simpatías estaban con este experimento, y por eso seguimos con mucha atención el caso chileno. Los rusos no tenían en Chile ningún apoyo que no fuese el del Partido Comunista chileno o de alguno que otro sindicato. Esto tenía un carácter emotivo, ideológico, pero no era una cosa concreta, material.
Para ese entonces la URSS estaba muy agotada, y los norteamericanos tenían en Chile interese económicos muy fuertes.
Aportes concretos de la URRS al gobierno de Allende:

Los rusos hicieron lo máximo que pudieron en aquel entonces.
Aparte de la ayuda política, moral, se dieron créditos. Al principio hubo un crédito de 57 millones de dólares, después se otorgó otro. Se enviaron aquí tres barcos pesqueros para que pescaran en aguas chilenas y surtieran con su producción a la población. Cuando aquí se produjo el terremoto en 1971, con sus devastadoras secuelas, la Unión Soviética regaló una fábrica con capacidad para construir 70 mil metros cuadrados de viviendas prefabricadas al año. En febrero de 1972 llegó el primer barco, el ‘Lunacharsky’, con equipamiento para la fábrica. En enero de 1973 fue terminado el montaje, y en julio de 1973 se construyeron los primeros dos edificios de 48 departamentos cada uno.

A fines de 1971, a las costas chilenas llegaron los primeros tres barcos factorías, ‘Promyslovik’, ‘Sumy’ y
‘Yantar’. Eran fábricas flotantes, funcionaron hasta el mismo día del golpe entregando a los chilenos 17 mil toneladas de pescado congelado y 2,5 toneladas de harina de pescado. Allende apreciaba mucho la ayuda de estos barcos.

Durante la administración de Allende suministramos a Chile 3.100 tractores, y teníamos previsto construir una fábrica de producción de lubricantes, que empezaría a funcionar en 1975 para que en 1980 alcanzara tal nivel de producción que hubiera cubierto todas las
necesidades del país.
Se habló de un crédito para el envío de armamento soviético, a petición de Salvador Allende —creo que lo pedía [el general] Prats. …Bueno, nadie pensaba cobrar estos créditos después.

… Porque ya se avecinaba la cosa trágica, y por los informes que se recibieron a través de la CIA —donde nosotros teníamos fuentes, ya que ellos eran siempre el objetivo número uno para nosotros —, teníamos datos seguros de que se produciría un golpe de Estado, que éste ya estaba prácticamente preparado. Entonces, para que no fueran tanques soviéticos los que salieran a la plaza y dispararan contra el Palacio de la Moneda, se dio a los barcos la orden de virar, de cambiar el rumbo y desembarcar el armamento en otros lugares, donde fue vendido.

Dentro de nuestras posibilidades comerciales, se envió aquí bastante comestible: trigo, cerca de 74.000 toneladas; más de un millón de latas de leche condensada, bastante carne congelada, lo que nosotros sacábamos de las relativamente parcas reservas que teníamos. En fin, se hizo lo posible. Pero no se puede decir que los dejamos a merced, porque realmente la correlación de fuerzas económicas, financieras, militares y todas las demás estaban en contra del gobierno de la Unidad Popular.
Pero ya no había nada que hacer. Además Allende no estaba de acuerdo con aplicar nuestras sugerencias, un cierto grado de violencia y firmeza. Lo quería hacer todo dentro de la democracia —de la democracia burguesa o representativa, como nosotros decimos.
(Fuente: Nikolai Lenov, La Inteligencia Soviética en América Latina Durante la Guerra Fría. En Estudios Públicos Nº 73, verano 1999 Páginas 32-63. (Nicolai Llenov es General Soviético. Ex Vice director de la KGB o Comité de Seguridad del Estado de la ex URSS entre 1983 y 1991. Charla realizada en Centro de Estudios Públicos el 22 de septiembre de 1998.)


4.- Las Dictaduras Militares (años 70 y 80)
A.- Origen
            “A fines de los años 70, sólo unos pocos países latinoamericanos mantenían gobiernos democráticos. En el resto se habían establecido gobiernos dictatoriales.
La crisis económica a partir de la crisis mundial del petróleo (1973) profundizó las contradicciones sociales y los enfrentamientos políticos y sindicales. Tampoco hubo acuerdo entre los grupos económicamente dominantes sobre que camino seguir. Pero temerosos ante los reclamos de los trabajadores y de una posible revolución socialista, terminaron aceptando la formación de gobiernos dictatoriales que evitara cambios inconvenientes.
                El sistema político se fue debilitando sin poder resolver la creciente violencia entre los grupos enfrentados (de extrema izquierda y de extrema derecha). Además caía sobre varios políticos y empresarios denuncias de corrupción, debilitando aún más a la democracia parlamentaria. Así sectores amplios de la clase media estuvo dispuesta a aceptar la llegada de gobiernos fuertes que dieran la esperanza de asegurar un clima de paz y que permitieran salir de la crisis.
                También algunas multinacionales, preocupadas por el clima de inestabilidad social y violencia apoyaron los golpes de Estado, como por ejemplo la intervención de la ITT en el derrocamiento de Salvador Allende en Chile en 1973.
                No debemos olvidar además, los intereses y la injerencia de los EE.UU. en América Latina dentro del panorama de bipolaridad de la Guerra Fría.
                Por su parte, sectores de la FF.AA. vinculados a la formación militar estadounidense, apoyados por sectores sociales dominantes y por los EE.UU.,  estuvieron dispuestos a hacer uso de la fuerza y tomar el gobierno”. [adaptado de: Amestoy, B.; Decia, A.; Di Lorenzo, L., “Historia del mundo actual” 4º año]

B.- Características

·          Forma ilegal de acceso al control del Estado. Generalmente a través de un golpe de Estado.
·          Eliminación de los Parlamentos electos democráticamente. Prohibición de los partidos políticos y de toda actividad política. Concentración en el Ejecutivo todas las atribuciones de los demás poderes. Los diferentes organismos del Estado pasaron a estar integrados y controlados por militares.
·          Creación de organismos burocráticos-militares de control del régimen.
·          Aumento del autoritarismo que llevó, generalmente, a un incremento de las FF.AA. y policiales que controlaron y reprimieron a los grupos opositores.
·          Prohibición o control de los sindicatos de trabajadores. Persecución y prisión de los dirigentes sindicales opositores del régimen militar.
·          Adopción de políticas económicas ultraliberales. Aumento de la deuda externa y de la transnacionalización del aparato productivo y financiero.
·          Supresión de todas las garantías individuales con un saldo elevado de desaparecidos en algunos países. Se instauró una cultura del miedo. [adaptado de libro citado más arriba]

C.- Doctrina de la Seguridad Nacional

a) Una concepción bipolar: se basaba en la existencia de un mundo dividido en dos campos con dos estilos de vida diferentes, excluyentes y enfrentados. Por un lado, la civilización occidental y cristiana, de libertad personal y democracia; y por otro lado, el comunismo internacional que desconoce las libertades e impone un estilo de vida dominado por el control del gobierno sobre las personas.

b) El enfrentamiento es total: el alcance a escala mundial, todo país o zona se encuentra dentro de las condiciones de ese enfrentamiento. La guerra es entonces de alcance mundial.

c) La debilidad de Occidente: la Doctrina de la Seguridad Nacional aseguraba que la civilización occidental se presenta indefensa y sin protección ante la agresión comunista. Aquí se justificaba la idea de que las FF.AA. debían crear un nuevo modelo institucional concentrado en ellas el poder para poder hacer frente a la subversión.

d) Necesidad de fortalecer a Occidente: como las democracias liberales se mostraban débiles ante la agresión comunista la DSN veía como necesario alterar las leyes y darle más poder a un nuevo orden centrado en las FF.AA [adaptado de Castagnola, J.L.; Mieres, P., “La ideología política de la Dictadura”, en Uruguay de la Dictadura]


5.- El “Plan Cóndor” para América Latina
Plan Cóndor es el nombre que se le dio al plan de inteligencia coordinado entre la CIA y las dictaduras militares que se encontraban en ciertos países de Latinoamérica (Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia). Todo esto se creó para eliminar a los movimientos de izquierda de estos países e intentar evitar otra posible revolución como la cubana, y de esta forma (por medio del miedo y la violencia) condenar a estos países a estar bajo el régimen capitalista el cual defendía EEUU y evitar que más países se aliaran al bloque soviético.

En 1990 se encontraron en Paraguay unos papeles secretos que revelaban todos los actos cometidos por la policía política de ese país; dentro de esos papeles se habla de una reunión celebrada en Santiago de Chile a fines de 1975, coordinando acciones de represión entre todos los países de la región.
 

En el informe elaborado por el agente del FBI Robert Scherrer, de 1976 (integrante de la embajada estadounidense en la capital argentina, desde 1972) al director del FBI en Norteamérica, se hablaba de la existencia de este Plan Cóndor, con el fin de eliminar a enemigos políticos. En esta carta se nombraba a Chile como el centro líder del plan.
 
En un documento de la CIA con fecha del 23 de junio de 1976, se deja en claro que hubo una reunión en Buenos Aires a comienzos de 1974 donde se reunieren oficiales de Chile, Brasil, Argentina, Uruguay, Paraguay y Bolivia para ponerse de acuerdo con las acciones de represión.

 Éste Plan Cóndor fue uno de los tantos movimientos anti comunistas que existió en el mundo, la gran mayoría de estos dirigido por la CIA para derrocar a los comunistas y mantener el capitalismo en la región.