American way of life (el estilo de vida americano)
Claudia Solís Umpierrez
Como consecuencia de la
implantación del llamadoEstado de bienestar, a partir de fines de
la II Guerra Mundial, importantes sectores sociales de los países
industrializados aumentaron, considerablemente, su poder adquisitivo. Para
mantener esa situación de mejoramiento salarial y de cobertura social, era
necesario acrecentar la producción y, en forma paralela, el consumo para que se
pudiera absorber todo lo fabricado. Así aumentarían las ganancias de los
industriales que, a su vez, dispondrían de más capitales para seguir mejorando
la capacidad adquisitiva de las clases medias y bajas, formando un círculo en
el cual todos los elementos debían conservar el equilibrio. Todo esto se
hizo posible gracias a los adelantos tecnológicos. Para sostener este nivel de
vida, era necesario aumentar el consumo, aun de productos superfluos que
comenzaron a ser publicitados como imprescindibles.
En los Estados Unidos el nuevo estilo de vida,
que comenzó a difundirse como elamerican way of life, para
ello, se utilizaron dos elementos: la
publicidad y la disminución de la calidad de los productos, con el fin de
que tuvieran menor vida útil y por lo tanto, fuera necesario reponerlos más
rápidamente.
Esta forma de vida se basaba en el consumo de
todo tipo de artículos, como uno de los principales caminos para nuestra
realización. Se dejaban en segundo plano otros valores culturales, como el
crecimiento intelectual o espiritual.
Las características de ese "estilo" fueron
—además del consumismo— la exageración, la ostentación de la riqueza y la
grandiosidad, reflejadas en todos los órdenes. La industria automotriz
norteamericana, por ejemplo, se diferenció de las demás por el enorme tamaño de
sus vehículos y por su mayor potencia. Se creó, una notoria influencia y hasta
dependencia cultural, pues el resto de los países estuvieron influidos por la
moda y las preferencias norteamericanas, más allá de sus propias tradiciones o
idiomas.
La sociedad de consumo:
En las sociedades de los países desarrollados —y
en cualquier lugar del mundo donde se hace sentir la influencia del modelo
dominante del capitalismo industrial— el trabajo se ha convertido en una forma
de obtener dinero y éste en un medio para conseguir bienes. Esta cadena que
llamamos"sociedad de consumo" es producto del gran crecimiento
económico de los años siguientes a la posguerra. La venta de productos de
consumo crece de forma imparable gracias a la publicidad, dirigida a una
población cada vez más amplia, que se encuentra en condiciones de adquirirlos.
Las nuevas técnicas publicitarias presentan los productos no sólo de forma
atractiva, sino haciéndolos indispensables. Consumir se transforma una nueva
escala de valores, donde prima el éxito económico, la abundancia de bienes y la
búsqueda del máximo bienestar, ha sustituido a otros principios. Todo se compra
y se vende. Después de la II Guerra, el avance tecnológico (en electrónica,
física y química), la mayor disponibilidad de mano de obra, ocasionaron un gran
incremento de la producción industrial. Para mantener y aumentar el nivel de
ganancias de los empresarios, fue necesario elevar el consumo, para lo cual se
incorporó a los sectores medios y bajos en el mercado consumidor de productos
antes reservados a las clases privilegiadas, tales como, electrodomésticos,
automóviles, etc. Dos elementos fundamentales ayudaron a instalar el
consumismo: la publicidad y las ventas a crédito. Se
estimulaba a través del cine, la radio, la televisión, de los diarios y de las
revistas, el deseo por acceder a un mundo ideal y fantástico, al cual sólo se
ingresaba comprando determinadas “marcas” de productos. Incluso, las
manifestaciones artísticas, como la música, el cine, el teatro o la literatura,
eran impuestas por la propaganda de las empresas discográficas, las
distribuidoras cinematográficas y las empresas teatrales o editoriales. Había
nacido la cultura de masas,
en la que era más importante la difusión que la creación artística en sí
misma. Tenía más valor lo más conocido que lo más creativo o mejor producido.
Prevalecía lo comercial sobre lo artístico.
[Datos extraídos de: http://www.portalplanetasedna.com.ar]
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“The Good Wife”. Arquitectura y vida americana de los 50
1. Ten la cena lista.
Planéala con antelación, incluso la noche anterior, para tener una deliciosa
comida lista, a tiempo para su regreso. Esta es una manera de hacerle saber que
has estado pensando en él y te preocupas por sus necesidades. La mayoría de los
hombres están hambrientos cuando llegan a casa y la perspectiva de una buena
comida (especialmente su plato favorito) es parte de la necesaria bienvenida a
casa.
2. Prepárate. Tómate 15
minutos para descansar de modo que estés fresca cuando llegue. Retoca tu
maquillaje, ponte una goma en el pelo y luce fresca. Él lleva todo el día
trabajando.
3. Debes estar contenta e
interesarte un poco más por él. Su día ha sido aburrido y puede necesitar un
estímulo y uno de tus deberes es dárselo.
4. Ordena los trastos. Haz
un último repaso a toda la casa justo antes de que tu marido llegue.
5. Recoge los libros del
colegio, juguetes, papeles, etcétera, y pasa una balleta por las mesas.
6. Durante los meses más
fríos del año deberías preparar y encender un fuego para calentarle. Tu marido
sentirá que ha llegado a un cielo de descanso y orden, y te dará un premio
también. Despues de todo, preocuparte por su comodidad le llenará de una inmensa
satisfacción personal.
7. Prepara a los niños.
Tómate unos minutos para limpiar las caras y manos de tus hijos (si son
pequeños), peinales, y, si es necesario, cámbiales de ropa. Ellos son pequeños
tesoros y a él le gustará verles jugar. Minimiza el ruido. A la hora de su
llegada elimina todo el ruido de la lavadora, secadora o aspiradora. Trata de
hacer que los niños estén tranquilos.
8. Sé feliz al verle.
9. Salúdale con una sonrisa
cálida y muestra sinceridad en tu deseo de complacerle.
10. Escúchale. Puede que
tengas docenas de cosas importantes que decirle, pero la hora de su llegada no
es el momento correcto. Deja que él hable primero. Recuerda, los tópicos de su
conversación son más importantes que los tuyos.
11. Haz que la tarde sea
suya. Nunca te molestes si llega tarde a casa o sale a cenar, o a otros lugares
de entretenimiento sin ti. En lugar de eso, trata de entender su mundo de
cansancio y esfuerzo y su gran necesidad de estar en casa y descansar.
12. Tu objetivo: trata de
asegurarte que la casa es un lugar de paz, orden y tranquilidad donde tu marido
pueda renovarse en cuerpo y espíritu.
13. No le recibas con quejas
y problemas.
14. No te quejes si llega
tarde o incluso pasa fuera toda la noche. Cuéntalo como un mal menor comparado
con lo que él ha tenido que pasar durante todo el día.
15. Hazle sentir cómodo.
Deja que repose la espalda en un cómodo sillón o que se tumbe en la cama. Ten
una bebida, fría o caliente, lista para él.
16. Arregla su almohada y
ofrécete a quitarle los zapatos. Háblale con voz baja, tranquilizadora y
agradable.
17. No le preguntes sobre
sus acciones o cuestiones sus juicios o su integridad. Recuerda que es el amo
de la casa y como tal siempre ejercitará su voluntad con justicia y veracidad.
18. Una buena esposa siempre
conoce su sitio.
’18
reglas para hacer a tu marido feliz’
Aquí va un documento
donde se dan consejos para ser una buena esposa y un buen ejemplo para entender
el modo de vida en la América de los años 50. Fue publicado el 13 de Mayo de
1955 en el ‘Housekeeping Monthly’, una revista mensual
que se editaba para explicar cómo administrar la vida doméstica. Las ideas que contiene,
por absurdas que resulten, fueron aplicadas por las mujeres de esta época en
sus vidas diarias
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