MODELO SOCIALISTA DE LA URSS
A) - La economía planificada
1.- “El artículo 2 de la Constitución
soviética del 5 de diciembre de 1936 modifica el papel tradicional del Estado.
Éste debe asumir no solo funciones políticas y administrativas sino también la
dirección y la gestión de todos los intereses económicos por medio de los
planes establecidos para el período de cinco años [Planes Quinquenales]
Objeto de los planes: El plan es
un documento que prevé y ordena, por una parte, las producciones juzgadas necesarias
para satisfacer las necesidades de la
población y, por otra, el empleo de
las fuerzas productivas indispensables para realizar esos objetivos. El
plan abarca a la vez la vida económica, cultural y social del país.
Vida económica. Engloba todas las unidades
económicas: explotaciones públicas, cooperativas, municipales (…) Determina la
importancia de relativa de cada sector: inversiones en fábricas, construcción
de alojamientos, transportes, comercio, crédito. Fija para cada rama el volumen
de producción a alcanzar, el monto global de los salarios a pagar, el precio de
costo y el precio de venta (…)
Vida cultural. (…) El plan prevé la
organización sistemática de la formación profesional (formación del personal
técnico, de los trabajadores calificados), de la investigación científica, de
la enseñanza general y técnica.
Vida social. El plan engloba la
salvaguardia de la higiene y de la salud pública y del servicio de salud
nacional que distribuye gratuitamente a todos los ciudadanos médicos y
medicamentos, el de los seguros sociales (accidentes, enfermedad, maternidad,
vejez)” [Joseph Lajugie Los
sistemas económicos]
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2.- “La economía planificada de los planes quinquenales era un mecanismo
rudimentario. Su tarea esencial era la de crear nuevas industrias más que
gestionarlas, dando máxima prioridad a las industrias pesadas básicas y a la
producción de energía, que eran la base de todas las grandes economías
industriales: carbón, hierro y acero, electricidad, petróleo, etc. Además, los
objetivos, una vez fijados, tenían que entenderlos y cumplirlos, hasta en las
más recónditas regiones de la producción en el interior de Asia,
administradores, gerentes, técnicos y trabajadores que, por lo menos en la
primera generación, carecían de experiencia y de formación, y estaban más
acostumbrados a manejar arados que máquinas. De tal manera, todas las
decisiones pasaron a concentrarse cada vez más en la
cúspide del sistema soviético. El inconveniente de este proceder era la
enorme burocratización del aparato económico, así como del conjunto del
sistema.(…) el sistema soviético estaba pensado para industrializar un país muy
atrasado y subdesarrollado lo más rápidamente posible, dando por sentado que la
población se conformaría con un nivel de vida que garantizaba unos mínimos
sociales y que se hallaba algo por encima del de subsistencia, si bien su nivel
exacto dependía de lo que sobrara en una economía organizada para una continua
industrialización. Por más ineficiente y derrochador que fuera el sistema,
estos objetivos se cumplieron.
Mientras la
economía se mantuvo a un nivel de semisubsistencia y sólo tuvo que poner los
cimientos de la industria moderna, este sistema, que se desarrolló sobre todo
en los años treinta, funcionó. En realidad, para un país atrasado y primitivo,
carente de toda asistencia exterior, la industrialización dirigida, (…),
funcionó de una forma impresionante. Convirtió a la URSS en una economía
industrial en pocos años”
Pero si el
sistema mantenía el nivel de consumo de la población mínimos –en 1940 la
economía produjo poco más de un par de zapatos por habitante de la URSS-, les
garantizaba en cambio un mínimo social. Les daba trabajo, comida, ropa y
vivienda de acuerdo con precios y salarios controlados (esto es, subsidiados),
pensiones, atención sanitaria y cierto igualitarismo. La transformación de un
país en buena parte analfabeto en la moderna URSS fue, se mire como se mire, un
logro gigantesco. Sin embargo, este éxito no
se hizo extensivo a la agricultura y a quienes vivían de ella, ya que la
industrialización se hizo a costa de la explotación del campesinado.[Fuente: E. Hobsbawm, Historia del siglo XX]
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3.- Efectos
sociales de los Planes
“La
industrialización en Rusia, como antes en otros países, se llevó a cabo a costa
de un gran sacrificio de la población. Se requería de todos que aceptasen un
programa de austeridad y de abnegación, prescindiendo de los mejores alimentos,
viviendas y otros artículos de consumo que podrían haberse producido, para
poder crear la riqueza y la industria pesada del país.
El socialismo tal como se llevó
a cabo en los planes, puso fin a algunos de los males de libre empresa
ilimitada. No había paro. No había ciclo de prosperidad y de depresión. No
había abuso de las mujeres y de los niños, como en los primeros tiempos de la
industrialización en Occidente. No había miseria ni pauperización, excepto para
los indeseables políticos, y excepto en transitorias circunstancias de hambre.
Existía un mínimo, por debajo del cual se suponía que no podía caer nadie. Por
otra parte, no había igualdad económica. En realidad, el marxismo nunca había
previsto una completa igualdad de ingresos como principal objetivo. Aunque no había
un puñado de gentes muy ricas, como en Occidente (donde los ingresos de los
ricos procedían de la propiedad), las diferencias en los ingresos eran, de
todos modos, muy grandes. Los altos funcionarios del gobierno, los directores,
los ingenieros y los intelectuales favorecidos recibían las más elevadas
retribuciones.
La competencia continuaba. En
1935, un minero llamado Stajanov incrementó notablemente su producción diaria
de carbón, ideando mejoras en sus métodos de trabajo. También incrementó
notablemente sus salarios, pues los obreros soviéticos cobraban a destajo. Su
ejemplo se hizo contagioso; los obreros de todo el país empezaron a batir
marcas de todo tipo. El gobierno publicaba los éxitos de aquellos hombres, les
llamaba stajanovistas o “héroes del trabajo”, y declaraba que aquel movimiento
era “una nueva y superior etapa de competencia socialista”.
Tampoco la dirección estaba libre de la presión de la competencia. Un
director de fábrica que no alcanzaba el ingreso neto (o “beneficio”) con que
contaba el plan, o que no alcanzaba cumplir su cuota de producción, podía
perder, no sólo su trabajo, sino también su posición social, o incluso su vida.
Una mala dirección era considerada, muchas veces, como sabotaje. Un mal uso de
los hombres y de los recursos asignados a una fábrica se interpretaba como una
traición a los obreros soviéticos y como un despilfarro de la riqueza de la
nación. La prensa –que, por otra parte, no era libre- denunciaba sin reservas a
industrias enteras o a ejecutivos individuales por sus fracasos en el
cumplimiento del plan.
Los observadores extranjeros
solían descubrir el rasgo distintivo del nuevo sistema en este tipo de
competencia o emulación, en su sentimiento de que todos estaban trabajando
afanosamente y luchando por crear una patria socialista. Parecía que los
obreros creían, realmente, que las nuevas maravillas industriales era suyas.
Las gentes celebraban cada nuevo avance como un triunfo personal. Llegó a
convertirse en un pasatiempo nacional la observación de las estadísticas
ascendentes y el cumplimiento de las cuotas. Los lectores de los periódicos no
prestaban atención a las historietas cómicas; leían ávidamente las
informaciones acerca de los últimos logros (o fracasos) en el frente económico”.[Palmer, R. y Coton, J., Historia Contemporánea.]
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4.- Colectivización de la agricultura
“El plan establecía granjas colectivas, con un promedio de unos pocos miles
de acres cada una, que se consideraban de la propiedad, no del estado, sino
colectivamente de los campesinos que residían en ellas. Los campesinos
individuales tenían que aportar sus tierras y su ganado de propiedad privada a
las colectividades. Los campesinos que poseían tierras o provisiones en cantidades
considerables, es decir, los campesinos prósperos o “kulaks”, como clase,
fueron liquidados. Cientos de millares de
“kulaks” y sus familias fueron muertos, y muchos más transportados a campos de
trabajo en remotas zonas de la URSS. La colectivización se llevó a cabo a costa de una lucha de clases en el
campo, en la que los granjeros más capaces perecieron, y a costa también de una
enorme destrucción de ganado. Los grandes granjeros daban muerte a sus caballos, a sus vacas, a sus cerdos y a sus
gallinas, antes de entregarlos.
Mediante la introducción de
unidades de mil acres en lugar de otras muy pequeñas, la colectivización hizo
posible la aplicación del capital a la tierra. Anteriormente, al campesino
medio había sido demasiado pobre para comprar un tractor, y sus campos
demasiado pequeños y, dispersos para que pudiera utilizar uno, de modo que sólo
unos pocos “kulaks” habían empleado alguna maquinaria. En el curso del Primer
Plan Quinquenal, se organizaron en todo el país centenares de Estaciones de Tractores
y Máquinas. Cada una, en su región, mantenía una dotación de tractores, de
cosechadoras, de peritos agrónomos, etc., que eran enviados de una granja
colectiva a otra, según las necesidades locales. La aplicación de capital
incrementó el producto por campesino. También era mucho más fácil,
administrativamente, para las autoridades superiores mantener el control sobre
los excedentes agrícolas (productos no consumidos por la propia colectividad)
de una sola granja colectiva, que de muchos campesinos pequeños y
desorganizados. A cada colectivo (granja) se asignaba una cuota, a cuya entrega
se comprometía de antemano. Los miembros del colectivo podían vender en el
mercado libre todos los productos que excediesen de aquella cuota; pero de éste
modo el gobierno conocía la cantidad de productos agrícolas con que podía
contar, no sólo para alimentar a las ciudades y a otras regiones que no
producían sus propios alimentos, sino también para exportar al mercado mundial,
a fin de pagar las importaciones de maquinaria comprada en Occidente.
En 1939, estaba colectivizado
todo el campesinado, menos una fracción insignificante. Aunque la
colectivización no logró incrementar la producción agrícola, alcanzó el
objetivo de asegurar el control estatal sobre ella. Simultáneamente, hizo
posible el éxito de la industrialización, al aumenta la oferta de obreros
industriales. Como la aldeas necesitaban menos fuerza de trabajo, 20 millones
de personas se trasladaron del campo a la ciudad entre los años de 1926 y 1939,
y estaban disponibles para las tareas de las nuevas industrias. Fueron los
campesinos los que llevaron la carga de la colectivización.
El gobierno,
mientras tanto, se negaba a reducir las cuotas de exportación, porque las
necesitaba para pagar las importaciones industriales del Plan Quinquenal. La
agricultura continuó siendo, durante mucho tiempo, el sector más débil de la
economía soviética. “[Fuente: R. Palmer y J. Colton, Historia Contemporánea.]
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5.- Al mismo
tiempo, el fuerte crecimiento económico provocaba notables desequilibrios entre
ramas, en detrimento de la agricultura y de la producción de bienes de consumo.
Estas ramas quedaron rezagadas porque los recursos asignados eran insuficientes
y la relación de precios con la industria pesada netamente desfavorable. A la
vez, ese menor crecimiento de la oferta agrícola y de los bienes de consumo
dificultaba la mejora del nivel de vida de la población. El sector agrario era
utilizado por el Estado como una fuente decisiva para la captación de recursos.
Proporcionaba materias primas, alimentos, mano de obra, y fundamentalmente la
agricultura aportaba recursos financieros para la industria a través de los
impuestos y de la política de precios.” [Fuente:E.
Palazuelos, El sistema económico y su reforma, Madrid, 1991]
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B)
Organización política de la URSS
1.-
Constitución de 1936, art., 126: “…los
ciudadanos más conscientes de la clase obrera y de otras
capas de
trabajadores se unirán en el Partido comunista de la URSS que es la vanguardia
de los
trabajadores”.
La dictadura del proletariado
se ejercería así por intermedio del Partido, a quien se le encomendaba la tarea
de elegir las nuevas élites dirigentes, educarlas con vistas a su función de
dirección, controlar los órganos del Estado[…] y sobre todo, mantener a los
dirigentes en contacto permanente con las masas difundiendo entre éstas las
directivas emanadas de lo alto y, viceversa, asegurar que las inquietudes de
los ciudadanos pudieran remontar hasta los organismos centrales. En
consecuencia, puede considerarse al Partido Comunista como el primer elemento
del orden político soviético, paralelo y superpuesto a la administración y al
ejército.[Fuente: Susana Vázquez, El período entreguerras. 1919-1939. FCU,
1939.]
2.- La Constitución de 1977 establecía en su art. 39 que, “el uso de los derechos y libertades por los ciudadanos no debe lesionar
los intereses de la sociedad y del Estado ni los derechos de otros
ciudadanos” . Leonid Breznev al defender el proyecto de Constitución en 1977,
decía: “el proyecto
parte del hecho de que los derechos y libertades no pueden y no deben ser
utilizados contra
nuestro sistema social”. [Tomado de Fernando Martínez Rueda y Mikel Urquijo Gotilla, Materiales
para la historia del mundo actual. II, p.61]
3.- “ La Economía
Colectivista: la principal diferencia es la supresión de la propiedad privada
de los medios de producción, lo que a su vez provoca toda una serie de
consecuencias que modifican el ordenamiento legal: la renta se socializa y la
moneda puede llegar a sustituirse por
bonos adquisitivos, desparece la ganancia capitalista y con ello las diferencias de clase van atenuando
gradualmente, si bien siempre subsisten las
que tienen que ver con el esfuerzo individual o capacitación
profesional; pero lo esencial es que la
nueva sociedad que surge a raíz de la transformación de las relaciones de
producción, tiene un rasgo básico: no hay renta sin trabajo.
Desde el punto de vista
psicológico, propone la sustitución del afán de lucro individual, intrínseco al
sistema capitalista, por el estímulo del servicio prestado a la comunidad. La
producción se orienta en función de las necesidades de la sociedad, fijando el
Estado el orden de prioridades; con ello la opción del productor y del
consumidor desparecen, pero en cambio desparecen también la superproducción y
el desempleo; el desequilibrio económico ya no es regulado por la oferta y la
demanda, la competencia y la iniciativa privada, sino por el Estado.” [Fuente: Susana Vázquez, ob.,
cit.]
4.- Informe secreto de Kruschev al XX
Congreso del Partido Comunista de la URSS
“Los hechos prueban que
numerosos abusos fueron cometidos siguiendo las órdenes de Stalin, en violación
de las normas del partido y de la legalidad soviética. Stalin era un hombre muy
desconfiado, de una suspicacia enfermiza […] Este recelo enfermizo engendraba
en él una desconfianza generalizada, incluso respecto a trabajadores eminentes
del partido a los que conocía de muchos años. En todo lugar y en todo momento
veía “enemigos”, gentes de doble faz, “espías”. Como poseía un poder ilimitado,
adoptaba decisiones arbitrarias y aniquilaba a las moral y físicamente […]
nadie podía expresar su propia opinión […] No toleraba en absoluto la dirección
y el trabajo colectivos y practicaba la violencia brutal, no solo contra todo
aquello que se le oponía, sino también contra todo lo que contradecía su
espíritu caprichoso y despótico […] Stalin fue el origen de la concepción del
“enemigo del pueblo” […]. Hizo posible una utilización más cruel de la
represión, violando todas las normas de legalidad revolucionaria […] la única
prueba de culpabilidad que se utilizaba,
contra todas las normas jurídicas, era “la confesión” […] obtenida
mediante presiones físicas contra el acusado”. [Fuente: Informe secreto de Kruschev ante el XX Congreso del Partido
Comunista de la Unión Soviética, 25 de febrero de 1956]