Espionaje en la Guerra Fría.
La C.I.A : La Agencia Central de
Inteligencia
es una agencia encargada de la recopilación, análisis y uso de
“inteligencia”, mediante el espionaje en el exterior, ya sean gobiernos,
corporaciones o individuos que pueda afectar la seguridad nacional del país.
La C.I.A. tuvo un papel clave en la guerra fría:
- Se infiltró e influyó decisivamente en los medios de comunicación, como por ejemplo en la televisión, radio, periódicos…
- Sobornaba fundaciones para que criticaran el comunismo y a su
vez, para que evitaran temas como la política imperialista violenta y
destructiva de EEUU.
- Reclutó a los intelectuales más influyentes y perdió poder
cuando sus patrocinadores la abandonaron debido a que los poderes “giraron
hacia la izquierda”.
- Aportó información
estratégica de gran utilidad durante la Guerra Fría
como las advertencias de que la Guerra de Vietnam no podía
ser ganada sólo con la potencia de fuego o, también, la cuantificación del
potencial nuclear real soviético.
Sin embargo, no todas sus acciones fueron de espionaje. La agencia estuvo detrás tareas de entrenamiento de insurgentes y desestabilización de gobiernos
contrarios a las políticas de la Casa Blanca.
El KGB : Literalmente: «Comité
para la Seguridad del Estado»), fue el nombre de la agencia
de inteligencia, así como de la agencia principal de policía secreta de la Unión Soviética del 13 de marzo de 1954 al 6 de noviembre de 1991. El dominio del KGB fue aproximadamente el mismo
que el de la CIA o la división de
contrainteligencia del FBI en Estados Unidos. El nombre por el que se ha
conocido popularmente es "El
Centro".1
Se encargó de obtener y
analizar toda la información de inteligencia de la nación. Desapareció cuando
se disolvió la Unión Soviética. A partir de allí surgió el Servicio de Inteligencia Extranjera, el cual pasó a dirigir
las actividades de espionaje fuera del país.
Durante la Guerra Fría fue tarea del KGB en la
Unión Soviética y los países socialistas supervisar exhaustivamente
la opinión pública, la subversión interna, y los posibles complots
desestabilizadores en el bloque soviético. El KGB acudió en apoyo de los
gobiernos comunistas, e intervino en la revolución
húngara de 1956, y en la llamada primavera de
Praga en 1968.
Después de la revuelta
húngara, el presidente del KGB Iván
Serov, supervisó personalmente la "normalización" del país
después de la intervención soviética. En consecuencia, el KGB tenía seguimiento
por satélite de las poblaciones del estado para evitar las ocurrencias de
"actitudes nocivas" y "actos hostiles".
En ocasiones, el KGB eliminó
enemigos de la URSS,
principalmente desertores del bloque soviético, ya fuese directamente o para
ayudar a los servicios secretos de otros países comunistas. Un caso más célebre
todavía en la historia del espionaje, es el supuesto envenenamiento del
disidente búlgaro Georgi Markov, a quien se le disparó un
perdigón con ricina, por medio de un paraguas-pistola que se especula fue
diseñado por el KGB, en 1978.
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Entre los casos famosos de
espionaje se recuerdan: el matrimonio de Julius y Ethel Rosenberg; Andreas y
Heidrun Anschlag; Vilian Fischer (Rudolf I. Abel); Francis Gary Powers.
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Espionaje
en Uruguay durante la Guerra Fría
1.- La CIA
“A fines de la
década de los 40, la CIA se instaló en Montevideo. La forma de operar era
similar a la que realizaba en otros países; un estrecho acercamiento a los
servicios policiales de seguridad e inteligencia para el trabajo de escuchas
telefónicas, intercepción de correspondencia, espionaje, inteligencia y
contrainteligencia, sabotajes, infiltración de grupos de izquierda,
seguimientos y, lo principal, el acceso a personalidades del país que pudieran
servir a sus fines. El trabajo en conjunto con los servicios de seguridad del
país donde se instalaban, llevaba a que si las actividades ilegales eran
descubiertas, con el escándalo público, ellos no se verían involucrados en
permanecerían escondidos.
Otro
de los cometidos de los oficiales estadounidenses, era evaluar las reacciones
de los grupos de izquierda ante hechos de importancia internacional.
Infiltrarlos era otra de las prioridades para luego elaborar informes secretos
que debían ser enviados a la CIA.
El 19 de junio de 1953 en EE.UU.
fueron ejecutados en la silla eléctrica el matrimonio de Julius y Ethel
Rosenberg, acusados de conspiración para cometer espionaje, y entregar secretos
atómicos a la URSS. Un informe confidencial de la CIA en Montevideo, enviado a
los EE.UU. brindaba detalles de las reacciones y las protestas que la ejecución
de los Rosenberg provocaron entre los comunistas uruguayos. Sobre este caso, la
docente Ángela Canale, realizó ante sus alumnos un acto donde atacó a los EE.UU
con la frase: “Norteamericanos asesinos”, según se destacó en un informe de la
CIA. La docente fue separada del cargo y sumariada. El Partido Comunista del
Uruguay la defendió públicamente.
Otro caso. Telegramas secretos y
análisis sobre Jacobo Arbenz, el derrocado presidente de Guatemala exiliado en
el Uruguay en 1954, fueron enviados por los agentes de la CIA en Montevideo a
sus superiores en EE.UU. Recordar que la CIA habían tenido activa participación
en la caída del gobierno de Arbenz. Un telegrama de la CIA informaba sobre las
repercusiones de la caída de Arbenz en la prensa uruguaya y de sus pasos, ya
que había vigilaba a Arbenz en todo momento al haber infiltrado el servicio
doméstico por una mujer que informaba a la CIA.
Uno
de los principales agentes en Guatemala que actuó contra Arbenz en la operación
secreta del golpe de estado, era Howard Hunt quien, desde enero de 1957 hasta
junio de 1960, fue jefe de la CIA en Uruguay siendo también asesor de Benito
Nardone (Presidente uruguayo entre 1960 y 1961). Este y otros agentes de la CIA
en Uruguay tenían cobertura diplomática, ya que aparecían como funcionarios de
la embajada de los EE.UU. en nuestros país. Su tarea principal era infiltrar al
Partido Comunista. Cuando el agente de la CIA Howard Hunt abandonó el Uruguay
participó en 2 casos muy importantes: en 1961 dirigió la preparación de la
invasión a Cuba en Bahía de Cochinos; y en 1972 dirigió el espionaje del
gobierno de los EE.UU. al Partido Demócrata en el caso Watergate.
La Agencia para el Desarrollo
Internacional, AID, tenía sus oficinas en Montevideo en un edificio de la calle
Paysandú. Allí funcionaban sus departamentos técnicos de Agricultura,
Educación, Finanzas y Programación y una nueva división que pretendía pasar
desapercibida: Seguridad Pública. Esta oficina la integraban funcionarios
policiales estadounidenses, algunos agentes del FBI y oficiales de la CIA, y
tenía una oficina dentro de la Jefatura de Policía de Montevideo. Entre sus
agentes estuvo Dan Anthony Mitrione capturado y ejecutado en Montevideo por los
tupamaros. Otro fue Manuel Hevia Cosculluela, un doble agente que trabajó entre
1964 y 1967 para los estadounidenses, pero que en realidad era un infiltrado de
los servicios de Seguridad de Cuba. Es de imaginar que copias de los informes
que enviaba a la CIA terminaban en manos de los cubanos y de los soviéticos.”
2.- El
KGB
“Paralelamente
los espías soviéticos del KGB que actuaban en Uruguay, habían descubierto una
falla en el trámite de la expedición de cédulas de identidad dentro de la
Jefatura de Montevideo (en el mismo edificio donde la CIA, encubierta como una
dependencia técnica de la AID, tenía su
oficina). El verdadero titular de una cédula, realizaba todos los trámites
previos, certificación de datos personales, huellas dactilares, etc. Previo a
llegar a la sala de fotografía, los soviéticos retiraban al titular y enviaban
a fotografiarse a uno de sus agentes. El fotógrafo solo veía al interesado
cuando lo tenía delante, no podía saber ni controlar que era la misma persona
que había realizado el trámite previo. Los titulares del documento eran generalmente
colaboradores captados o en otros casos ciudadanos indigentes o personas con
alteraciones mentales y sin familia.
Un archivo del KBG, revela el nombre
de una mujer nacida en Paysandú el 29 de julio de 1934, Teresa Isabel Maristán,
anotada en el Registro Civil sanducero. Se ignora si esa partida de nacimiento
llegó a ser utilizada, pero una copia de ese documento obtenido en Paysandú
terminó en la sede de Moscú del espionaje soviético.”
El caso “Patria”:
“Los rusos también tenían estaciones con espías ilegales
y en una de ellas estaba, desde 1948, una mujer española. Su verdadero nombre
era África de la Heras gavilán. En Uruguay se la conoció como María Luisa de
las Heras Jiménez. El alias que utilizó en las comunicaciones secretas con
Moscú era: Patria.
Para poder asentarse en el país en
forma legal y obtener la ciudadanía, logró casarse en 1948 con el escritor
uruguayo Felisberto Hernández, a quien había conocido en París. Considerada por
Moscú una agente de relevancia, era experta en radiocomunicaciones, tenía
montado un equipo en su casa de la calle Williman al 555 en la zona de Pocitos,
desde donde se comunicaba con Moscú. En 1956, ya divorciada de Felisberto
Hernández se casó en Montevideo, con otro agente del KGB, el italiano Antonio
Giovanni Bertoni, que actuó con el nombre falso de Valentín Marchetti, y el
alias Marko. Para encubrir sus actividades de espionaje en Uruguay, abrió una
casa de compra-venta de antigüedades en la calle Bartolomé Mitre Nº 1957 de
Montevideo, que fuera utilizada como estación de paso de agentes soviéticos,
para proveerse de documentación falsa y luego instalarse en algún país de
América. Ambos agentes –Patria y Marko-, integraron un grupo de tareas con un
agente español conocido como Marino, y un importante empresario del ramo de
artículos de electricidad. El jefe directo de ambos era Pavel Sudoplátov, el
soviético que planeó por orden de Stalin, el asesinato de León Troski.
Y fueron estos dos espías
infiltrados en Uruguay quienes descubrieron la estrecha colaboración que
existía entre Benito Nardone y la CIA.”
[Tomado
de Raúl Vallarino, Expediente Nardone. La CIA Uruguay.]